El país alcanza un liderazgo global en proyectos de almacenamiento de baterías asociados a la energía solar, con 16 GW previstos hasta 2030
España avanza con fuerza en la integración del almacenamiento energético vinculado a la energía fotovoltaica, un elemento clave para sostener el crecimiento de las renovables y garantizar la estabilidad del sistema eléctrico. Según el informe “EY Infrastructure Compass 2025: El desarrollo de baterías y otros sistemas de almacenamiento de energía en España”, el país se sitúa como el segundo del mundo en desarrollo de proyectos de almacenamiento con baterías, alcanzando los 16 GW previstos hasta 2030, un 29% del total global estimado.

La energía solar, eje de la transición energética española
El impulso fotovoltaico ha sido decisivo en la transformación del mix energético nacional. En 2024, España cerró con 148.999 GWh de generación renovable, un 10,3% más que el año anterior, representando ya más del 56% del total de la generación eléctrica. La energía solar —junto con la eólica— ha sido determinante para alcanzar estas cifras históricas, que consolidan al país como líder europeo en energía limpia y competitiva.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) refuerza esta tendencia, con un objetivo de 22,5 GW de capacidad de almacenamiento para 2030. Este plan busca garantizar la integración de la creciente generación solar y cubrir los picos de demanda mediante baterías y soluciones térmicas asociadas a la solar termoeléctrica.
Baterías fotovoltaicas: clave para un sistema eléctrico más flexible y eficiente
El informe de EY-Parthenon subraya que el almacenamiento mediante baterías es esencial para aprovechar al máximo la energía solar fotovoltaica, almacenando los excedentes diurnos y liberándolos en momentos de baja radiación o alta demanda. Este modelo de gestión permitirá maximizar el uso de recursos renovables y reducir la dependencia de fuentes fósiles, avanzando hacia un sistema energético más equilibrado y sostenible.
Actualmente, España cuenta con unos 7 GW de capacidad de almacenamiento, mayoritariamente hidráulico, pero la próxima década estará marcada por el crecimiento de las baterías de ion-litio, impulsadas por la bajada de costes (un 90% desde 2010) y su capacidad de respuesta rápida, lo que las convierte en el complemento ideal de las plantas fotovoltaicas.
Inversión y competitividad industrial en el almacenamiento solar
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha destinado 750 millones de euros al impulso de la fabricación nacional de baterías y otros 699 millones procedentes de fondos europeos para desplegar hasta 3,5 GW de nueva capacidad de almacenamiento, buena parte de ellos vinculados a proyectos de energía solar. Estas medidas consolidan a España como un polo estratégico en la cadena de valor del almacenamiento fotovoltaico, con oportunidades industriales, tecnológicas y de exportación.
Para Javier García Seijas, socio responsable del área de Infraestructuras de EY-Parthenon, “el almacenamiento energético es el pilar que permitirá a España aprovechar su liderazgo en energías renovables. La clave está en consolidar un ecosistema competitivo que aporte seguridad, autonomía y resiliencia al sistema eléctrico”.
Un mercado fotovoltaico en expansión
El valor del segmento de almacenamiento de energía en España ha pasado de 417 millones de dólares en 2019 a previsiones que superan los 2.100 millones en 2029, con un crecimiento cercano al 30% anual en el ámbito residencial y comercial. Este avance refleja la expansión del autoconsumo fotovoltaico con baterías, una tendencia que está transformando la manera en que hogares y empresas gestionan su propia energía.
En este contexto, el informe concluye que España cuenta con todos los ingredientes para consolidarse como referente europeo en almacenamiento fotovoltaico: ambición climática, innovación tecnológica, apoyo regulatorio y atractivo inversor. Con estos elementos, el país puede liderar la transición hacia un sistema eléctrico limpio, descentralizado y sostenible.