El sector solar fotovoltaico en China está experimentando un crecimiento sin precedentes, preparándose para dejar una huella indeleble en la historia de la energía renovable en los próximos años.
Se espera que la capacidad instalada de energía solar supere los 500 gigavatios (GW) a finales de 2023, marcando un logro que ha llevado 13 años en gestarse. Sin embargo, este es solo el comienzo de un viaje espectacular hacia el futuro sostenible de China, ya que esta capacidad se duplicará en un abrir y cerrar de ojos, superando la marca de 1 megavatio (TW) en 2026, según los modelos de Rystad Energy.
El crecimiento en 2023 está siendo verdaderamente asombroso, con una previsión de que se agreguen más de 150 GW de nueva capacidad, casi duplicando los 87 GW instalados en 2022. Pero lo más sorprendente es que esta aceleración no se detendrá pronto, con estimaciones de que se añadirán aproximadamente 165 GW en 2024 y otros 170 GW en 2025. Con este ritmo frenético, se proyecta que la capacidad acumulada de energía solar fotovoltaica en China alcance más de 700 GW en 2024 y se acerque a los 900 GW para finales de 2025, antes de sobrepasar el umbral del teravatio en 2026.
Actualmente, los 500 GW de capacidad solar de China representan aproximadamente el 40% de la capacidad mundial, lo que la coloca firmemente a la vanguardia de la revolución energética global. Estados Unidos ocupa el segundo lugar con 145 GW, cerca del 12% del total mundial. A pesar de que se espera que las instalaciones estadounidenses también crezcan gracias a los incentivos proporcionados por la Ley de Reducción de la Inflación, su capacidad total se proyecta en alrededor de 209 GW para 2026, aproximadamente el 11% del total global.
La inversión en energía solar fotovoltaica en China ha sido gigante. Según la Administración Nacional de Energía (NEA), durante el primer semestre de 2023, se destinaron 134.900 millones de CNY (alrededor de 15.800 millones de dólares) a la construcción de esta forma de energía renovable. Esta cifra es 3,4 veces mayor que la inversión en energía térmica durante el mismo período, lo que la convierte en la fuente de generación de energía más financiada del país.
China no solo está aumentando su capacidad de energía solar, sino que también está abordando los desafíos de la intermitencia solar de manera proactiva. Se están fomentando los proyectos de energías renovables a gran escala con almacenamiento asociado, con un enfoque particular en la energía hidroeléctrica de bombeo. En junio de 2023, China ya contaba con 49 GW en centrales hidroeléctricas de bombeo, y se espera que esta cifra alcance los 64 GW en 2025 y más de 120 GW en 2030 para satisfacer las variaciones estacionales de la demanda de energía.
El programa nacional chino para aumentar la capacidad solar, lanzado en junio de 2021, ha impulsado enormemente los proyectos a gran escala. No todos los sistemas fotovoltaicos distribuidos se instalan en hogares, ya que aproximadamente dos tercios de la capacidad distribuida en China se utilizan en sectores comerciales e industriales, con proyectos que varían desde decenas hasta más de 100 MW, según Yicong Zhu, analista sénior de energías renovables y energía en Rystad Energy.
China ha establecido objetivos específicos de instalación de energía solar fotovoltaica para cada provincia como parte de su 14º plan quinquenal de energías renovables. El objetivo global es alcanzar 443 GW de nueva capacidad para finales de 2025. A mediados de 2023, ya se habían instalado un total de 206 GW, con una tasa de ejecución del 46,5% en el ecuador del plan quinquenal.
Si bien algunas provincias, como Henan y Fujian, ya han superado sus objetivos de planificación, otras están rezagadas, con menos del 20% de la capacidad prevista instalada hasta la fecha. A pesar de estos desafíos, China se encuentra en una senda impresionante hacia un futuro impulsado por la energía solar fotovoltaica y renovable, estableciendo un nuevo estándar mundial en la transición hacia una matriz energética más limpia y sostenible.
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