Según el informe Energy Transition Outlook 2025 de DNV, la energía fotovoltaica con almacenamiento crecerá exponencialmente y dominará la generación eléctrica global en las próximas décadas.
La energía fotovoltaica con almacenamiento se consolidará como la principal fuente de generación eléctrica del planeta. Así lo indica el nuevo informe Energy Transition Outlook 2025 de DNV, que prevé que casi el 50 % de la capacidad solar mundial esté combinada con sistemas de almacenamiento de energía en 2060, frente al 2 % actual.

El estudio estima que la fotovoltaica representará el 47 % de la generación de electricidad mundial en 2060, lo que supone multiplicar por cinco su presencia respecto a 2024. A partir de mediados de la década de 2030, la mitad de las nuevas instalaciones solares incorporarán almacenamiento energético, marcando una transición hacia modelos más eficientes y autónomos.

Según DNV, regiones como Oriente Medio, el norte de África, el sudeste asiático o el África subsahariana contarán en 2060 con más capacidad solar acompañada de almacenamiento que plantas solares independientes. Las ventajas económicas también impulsarán este cambio: se prevé que los ingresos anuales de las plantas híbridas sean un 15 % superiores a los de las instalaciones solares convencionales, pese a sus mayores costes operativos.
El informe también señala que la generación fotovoltaica distribuida —que incluye sistemas residenciales y comerciales de autoconsumo— aumentará significativamente su peso. Se espera que en 2060 el autoconsumo cubra el 10 % de la demanda eléctrica de los edificios y represente el 30 % de toda la energía solar mundial.
En paralelo, el coste nivelado de la electricidad solar (LCOE) continuará descendiendo, aunque a un ritmo más moderado. Tras una década con una reducción media del 8 % anual, DNV prevé caídas del 5 % en los próximos años, un 3 % en la década de 2030 y menos del 1 % a partir de 2050.

La consultora subraya que el avance de la energía fotovoltaica con almacenamiento será decisivo para lograr un sistema eléctrico más estable, flexible y sostenible. De hecho, se espera que la combinación de solar y eólica represente el 32 % del mix energético mundial en 2030, y que las fuentes no fósiles dominen la generación global antes de 2055.